«Las ciudades colombianas intermedias, por muchos años, han tenido un rezago grande. Sin embargo, en el caso de Barranquilla, se habla de muchos avances.
No obstante, desde la percepción, la gente no se siente precisamente en un escenario de desarrollo. Por el contrario. En las encuestas de percepción los barranquilleros, en un 54 %, han señalado que los ingresos de su hogar no alcanzan para cubrir los gastos.
La situación se complica aún más en las localidades más centrales del área metropolitana y las del suroriente, en donde el porcentaje que se declaró como pobre es aún mayor: del 60 %.»